No hay nerpiano que no haya comido gachas manchegas. Un plato de toda la vida, muy común entre pastores, elaborado a base de harina, panceta y chorizo.

Las gachas manchegas son una comida contundente, de las que quita el hambre. Tienen un sabor muy intenso por el chorizo y la panceta. Aunque también pueden hacerse con tocino o papada de cerdo. O incluso, dulces.

Un aspecto importante a tener en cuenta a la hora de elaborar gachas manchegas es la harina. Elige una de la mejor calidad para que el resultado sea digno de Estrella Michelin. Antaño se empleaba harina de almorta, pero en 1967 se prohibió su consumo, ya que se relacionó con una enfermedad neurotóxica conocida como latirismo.

Para hacer gachas manchegas para cuatro personas, necesitamos:

150-200 g de harina

1 litro de agua

150 g de panceta, tocino o papada

1 chorizo

3 ajos

Pimentón

Sal y pimienta

Elaboración

Empezamos friendo la panceta y el chorizo a fuego medio para que suelten su propia grasa. Cuando estén, lo retiramos. Añadimos a la sartén los ajos y antes de que estén, echamos el pimentón. Cuidado que no se queme.

Bajar el fuego y añadir la harina. Normalmente se calcula una cucharada sopera de harina por comensal. Una vez añadida, no dejes de remover. Cuando la harina esté tostada, es el momento de incorporar el agua. Salpimentamos al gusto. Sin dejar de remover, cocinamos las gachas a fuego lento durante unos 30 minutos. En este tiempo, el aceite subirá a la superficie, indicándonos que las gachas están listas.

La textura de las gachas es similar a la de una bechamel ligera. Para que queden suaves y sin grumos es importante tener paciencia y remover constantemente.

A la hora de servir, pon las gachas en una cazuela de barro y añade los trozos de panceta y chorizo. Acompáñalas de un buen pan y, por supuesto, un vino manchego.